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jueves, 4 de abril de 2013

MUCHA BRONCA


La mayoría de los vecinos que participa activamente de la asamblea Defendamos la ciudad de La Plata se vio afectada por el desastre consecuencia de las lluvias, como muchísimos platenses. Es el motivo por el que no pudimos entrar a nuestra página estas las últimas horas.

A medida que pasaba el día, los hechos no hacían más que respaldar lo que venimos anunciando desde la aprobación del Código de Ordenamiento Urbano en 2010: a la destrucción de La Plata se suma la desplanificación de la ciudad. La desplanificación ES NECESARIA para poder destruir La Plata. Es necesaria para que puedan enriquecerse rápidamente especuladores y secuaces incapaces de seguir un orden que beneficie a todos.

No existe un plan de desarrollo urbano. No hay un plan director. Los funcionarios en ocasiones han alardeado de esta carencia ante representantes de nuestra asamblea.
Hemos sostenido repetidas veces que no se puede saturar la ciudad con construcciones en altura sin repensar la infraestructura; ni obturar festivamente el drenaje de los empedrados -denunciábamos hace un tiempo el pavimentado de calle 41, entre otras: hoy calles inundadas-, o edificar sobre los centros de manzana o en los terrenos aliviadores sin que esto repercuta con violencia sobre la ciudad, como estamos hoy comprobando amargamente.

El saqueo de nuestra ciudad no es algo ajeno a sus habitantes: tiene consecuencias que pagamos con nuestro día a día.

La destrucción de patrimonio expone la voluntad política de no ampliar infraestructura: básicamente, se destruye para "aprovechar sus caños" porque no se proyecta ampliar los desagües o cloacas; para aprovechar su ubicación, porque no se piensa en mejorar el transporte público o invertir en la periferia: el COU de Bruera impone la destrucción de los rasgos esenciales de La Plata para favorecer la especulación inmobiliaria dentro del casco histórico, pero no propone una mejora de su infraestructura ni la de los barrios. Cuando se amontonan cientos donde antes vivía una familia, y este proceder se multiplica, los minutos están contados. Las pruebas están a la vista.

El intendente Bruera y todos los concejales que aprobaron el COU, y los funcionarios que lo respaldaron neciamente, son responsables de este desastre.
Los Colegios profesionales, que callaron o acompañaron, son cómplices.
Los participantes del CUOT, que avalaron la destrucción de La Plata sin atender a las consecuencias sobre los vecinos, son cómplices.

Ayer al mediodía trascendió en los medios nacionales que el intendente había difundido falsa información en la que aparecía acompañando a los damnificados, junto a imágenes truchas donde se lo ve socorriendo a los vecinos inundados, visitando centros de evacuados. Pero que en realidad se encontraba en las playas de Brasil.
Y son 48 los platenses que han perdido la vida.
48 muertes, hasta el momento.

No estamos solamente ante una mentira más.
Estamos asistiendo a la medida de valoración de la vida de los habitantes de la ciudad por parte una administración cuyo deber es el de protegernos y velar por todos, y resguardar y hacer crecer nuestra ciudad.
Y que, habiéndola empobrecido, se burla de nosotros, incluso ante la muerte, pretendiendo sacar provecho hasta de los infinitos daños que ha provocado por codicia, corrupción, ignorancia, absurda estupidez.