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jueves, 23 de septiembre de 2010

EL PATRIMONIO QUE SE NOS VA.

La capacidad comunicativa de las obras arquitectónicas constituye una multiplicidad de símbolos comunes a través de sus formas singulares y eclecticismo estilístico. Esto hace de La Plata una ciudad expresiva, pletórica de obras de culto aprehensibles por todos nuestros sentidos, parte constitutiva de nuestra identidad y sentido de pertenencia.

Las imágenes que vemos aquí, son la muestra de nuestra memoria cultural urbana que tuvo a la razón y la emoción como base de su planificación y su desarrollo guiados por la luz del conocimiento de sus fundadores y hacedores.

A riesgo de convertir la frase “No verás nunca más ese lugar al que perteneciste”, Nilda Céspedes y Micaela Santa María toman una postura ética de compromiso, advertencia y denuncia con sus fotografías para que la síntesis, la reducción de ideas, la invasión de la sombra (metafórica y real) no conviertan a nuestra ciudad en algo anodino, homólogo en formas, anónimo y repetitivo.

Prof. y Museol Angelina Muñoz Ojeda


Texto curatorial de la
Exhibición que se presentará hasta noviembre
en La Protectora S.S.M. (
49 Nº 674, entre 8 y 9 Ciudad de La Plata)

El patrimonio perdido, reunido en fotos

Exhibición en La Protectora

23-09-2010 / Presentan una muestra fotográfica que da cuenta del atropello a la identidad platense



Estos ornamentos fotografiados por Micaela Santa María
ya no existen. Eran un homenaje del dueño de la casa de 10 entre 45 y 46


La Asamblea de Vecinos Defendamos La Ciudad de La Plata, que se junta todos los lunes en el café de las Artes, en el Pasaje Dardo Rocha, para discutir la construcción de edificios y la destrucción de casas patrimoniales, organizó su primera muestra fotográfica, a la que bautizó como “El patrimonio que se nos va”.

Las fotógrafas Micaela Santa María y Nilda Céspedes reunieron las fotos que cada una por su lado tenía de la ciudad y se sometió al arbitrio de la profesora Angelina Muñoz Ojeda, quien ofició de curadora para las fotos que, finalmente, se exponen desde ayer en la Sociedad de Socorros Mutuos La Protectora, ubicada en calle 49 Nº 674, entre 8 y 9, en pleno centro de la ciudad de La Plata. La exposición, que se inauguró a las 19, permanecerá abierta al menos hasta noviembre.
“La muestra de fotos surgió del trabajo de la asamblea, que es multidisciplinaria porque cada uno aporta lo suyo desde donde sabe, desde donde conoce, en asambleas que tienen la particularidad de ser horizontales”, describió Santa María a Diagonales.

Tanto Santa María como Céspedes tomaban fotos del patrimonio de la ciudad desde antes de sumarse al colectivo que defiende la causa y en las asambleas se dieron cuenta que podrían hacer una muestra que se complementaba. Mientras que la primera retrataba los detalles de los edificios, sus ornamentos, la segunda optaba por lo arquitectónico y apuntaba a puertas y ventanas.

En la muestra se destacan las fotos de la casa de 10 entre 45 y 46 que reunió al colectivo. Entre los ornamentos de la fachada estaban los rostros de dos mujeres, que, se presume, fueron realizadas a manera de homenaje a las nietas del dueño.

El paso de los años cambió la propiedad de la vivienda y el nuevo dueño quería construir un local moderno. No le importó que el arquitecto le hubiera hecho un proyecto para construir sin tirar la fachada. Y, sin vergüenza, tiró la propiedad. “Hubo una especie de ensañamiento”, explicó Muñoz Ojeda, y agregó: “Un día jueves nos dijeron que iban a respetar la fachada y nos pusimos a organizar una fiesta, pero en ese mismo momento estaban tirando la casa abajo. El dueño no quería entrar en razones. Sólo quería algo moderno”.

“Hay gente que cree que nos oponemos al progreso –agregó–, pero nada más lejos de la verdad que eso. Hay ciudades que crecieron de manera más armónica, podríamos estudiarlas, conocerlas. Nosotros queremos pensar qué ciudad queremos. En algún sentido es ideológico, porque la casa de 10, por ejemplo, ya estaba reciclada, funcionaba como un restaurante, es decir que ya estaba reciclada. Pero el nuevo dueño consideró que no tenía ningún valor, que no le podía dar un uso salvo tirarla”.

Después de preguntarse cómo será la ciudad dentro de 20 años, Muñoz Ojeda explicó que cada vez que alguien de otra ciudad viene de visita a La Plata, ella le cuenta que “la ciudad fue planificada, con diagonales y plazas, y que se plantaron tilos aunque… aunque ya casi no queden, porque con los edificios, además de las casas antiguas, también están reventando a los tilos y paraísos. Los árboles molestan porque quedan en las entradas de los garajes de los nuevos edificios o porque tapan la fachada de los negocios. Entonces, los sacan”.

Las asambleístas advirtieron que tanto las inmobiliarias de la ciudad como los arquitectos y constructores ocupan preciosas casas patrimoniales: “Ninguno vive en los edificios que construyen”.
Ambas señalaron, también, la armonía en la que viven quienes hacen negocios con la construcción de departamentos. “Uno vende la casa, el otro la demuele y un tercero la construye. Y por las dudas a que cambie el código de planeamiento urbano, que ahora los favorece, están tirando las casas. En 58 entre 6 y 7 hay tres huecos de casas que estaban protegidas y ya no existen más”, describió Santa María.

La exposición de fotos es sólo un paso más que da el colectivo, que se sigue juntando los lunes, y que ya planifica con mucha expectativa una charla que darán en el rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) Carlos Blanco y Santiago Pusso, de la ONG Basta de Demoler.
Para la Asamblea de Vecinos, La Plata pasará de ser una ciudad expresiva y comunicativa a una sin ningún tipo de identidad. “Nos uniformamos con el desastre”, coincidieron Santa María y Muñoz Ojeda.